Wednesday, October 19, 2011

La Violación

El libro, La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada (1972), de Gabriel García Márquez es extraordinario. Algunos cuentos tienen una forma de ficción o de fantasía.  Sin embargo, el último cuento que comparte el mismo título del libro, incluye eventos que pueden ocurrir en la sociedad. Este cuento es más realista en comparación de los otros cuentos, en mi opinión. 


El cuento que me interesa es La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada. El autor se centra en la historia triste de Eréndira, una nieta que tiene catorce años. Ella vive sola con su abuela en un mansión enorme en el desierto. Puede describir la vida de ambos lugares como aislados.  Es importante mencionar que Eréndira apoya su abuela porque ella no puede caminar. Cuando la abuela le pregunta  a Eréndira completar quehaceres como “sacas las flores al patio o plancha toda la ropa”, ella siempre cumple y responde con “si, abuela” (Márquez 99). Es importante notar que Eréndira nunca desobedece  los deseos de su abuela.  Una noche, cuando Eréndira duerme, se hace un fuego en la mansión.  Inmediatamente la abuela le obliga Eréndira a convertirse en una prostituta a causa del desastre.  Su primero cliente es un viudo del pueblo que paga un alto precio para la virginidad. El viudo analiza el cuerpo de ella, “consideró la fuerza de sus muslos, el tamaño de sus senos, el diámetro de sus caderas” (Márquez 101). Los hombres del pueblo y otras regiones que compran el amor son muy brutos.  Durante la relación con el primero viudo, Eréndira “gritó algo inaudible y trató de escapar…le resistió con un arañazo en la cara y volvió a gritar en silencio” (Márquez 103). Es evidente que Eréndira continúa la misma sumisión y conformidad con el viudo que presente en respuesta a las demandas de su abuela. El autor afirma que Eréndira ha violada por la abuela también, “le pintó la cara con un estilo de belleza sepulcral que había estado de moda en su juventud, y la remato con unas pestañas postizas y un lazo que parecía una mariposa en la cabeza” (Márquez 107). Es sorprendente que la abuela se hace estos cambios a la nieta, su carne y sangre, y permite que los hombres extraños la violen por dinero. ¡Qué terrible!     







Obra Citada:



Márquez, García Gabriel.  La Increíble Y Triste Historia De La Cándida Eréndira Y De Su Abuela  
           Desalmada: Siete Cuentos. Mexico: Editorial Diana, 1972. Print. 

2 comments:

  1. Estoy totalmente de acuerdo contigo, me parece interesante lo que dices ya que escribi sobre la misma historia. Comparto tu opinión y el hecho de que Eréndida estaba ¨vencida por los oficios bárbaros de la jornada,Eréndida no tuvo ánimos para desvestirse,sino que puso el candelabro en la mesa de noche y se tumbó en la cama. Poco después, el viento de su desgracia se metió en el dormitorio como una manada de perros y volcó el candelabro contra las cortinas" (p.100).Lo que causo un fuego en la mansión. Su abuela no le perdonó aquel accidente y a partir de este evento hizo todo lo posible para hacerle la vida imposible a su nieta "sangre de su sangre". En mi opinión no se como puede alguién tan cruel con algún miembro de su familia. Es que la pobre nieta no se merecía este trato por parte de su abuela si lo único que hizo siempre fue ayudarla y obedecer todas sus órdenes. No me alegro del final que tuvo la abuela, pero creo que hasta cierto punto ella solita se lo busco. Por mala, por aprovecharse de la bondad y la falta de madurez de su nieta, y las buenas intenciones de Ulises.

    Yuneydys
    ycorria8@mail.naz.edu

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  2. Me gusta la comparación que haces entre el sumiso de Eréndira con respeto a la abuela y al viudo. En la relación con su abuela, la nieta siempre contesta afirmativamente para mostrar su respeto para la abuela, pero con el viudo, tiene que hacer actos sexuales para dar placer al hombre. En las dos situaciones, parece que los ancianos aprovechan la niña de catorce años. “Ante la expectativa impávida de la abuela el viudo examinó a Eréndira con una austeridad científica: consideró la fuerza de sus muslos, el tamaño de sus senos, el diámetro de sus caderas. No dijo una palabra mientras no tuvo un cálculo de su valor” (Márquez 96). Para mí, parece que el viudo ni su abuela vean la niña como un ser humano con sus propios sentimientos. Esto invoca una tristeza profunda.

    Shannon Fee
    sfee8@mail.naz.edu

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